lunes, 21 de mayo de 2012

Un sueño V/ Un suicidio

Era un cuarto muy deprimente. Las paredes eran grises y estaban atacadas por la humedad del ambiente. El moho se podía percibir en las esquinas superiores. El olor era de lo mas insoportable. La cabeza ya me dolía de estar solamente parado ahí. Solamente había una ventana con una persiana rota cuya luz apenas y dejaba pasar. Entre tanta observación a mi alrededor descubrí un interruptor, lo presione y se prendió un débil foco. No podía pensar en nada que no fuera gris y deprimente. Una desesperación e incomodidad comenzaron a invadirme. La puerta estaba atorada y no podía abrirla por más que la empujaba. Estaba atrapado en ese infernal cuarto. Era una locura, ni si quiera se como llegue a ese lugar ni mucho menos porque estaba ahí. Camine por todo el lugar buscando algo que me ayudara a salir de ahí. No encontré nada, solamente un cuchillo sin filo sobre una mesa. Intente una vez más abrir la puerta con el cuchillo, pero fue inútil, seguía atorada, como si una fuerza superior no quisiera que saliera de aquel lugar tan deprimente. Me quede sentado sobre la mesa a medio pudrir mientras escuchaba el eco fantasmal de las goteras que caían sobre los encharcados suelos. Por un momento pensé en tomar la mesa y arrojarla contra la ventana. Lo intente, pero fue un fracaso. La mesa se despedazo al momento de cargarla, prácticamente se hizo aserrín, algo que me desconcertó y que todavía no entiendo cómo pudo pasar. Más vueltas y más vueltas desesperadas dentro del cuarto. No encontraba salida alguna. Estaba entre la tristeza con un cuchillo sin filo en la mano y la soledad en forma de desesperación y llanto. Fue entonces que encontré un contacto de luz. Pensé por un momento que esto sería una locura, pero no podía pensarlo más. Me acerque y con un temblor nervioso y de pánico introduje el cuchillo y sentí la corriente por sobre todo mi cuerpo. Sentí como se entumía todo, como se paralizaba mi mundo. Todo comenzó a oler a quemado, comenzó a oscurecerse y a silenciarse. Por un momento me sentí satisfecho, me sentí perdido entre la nada. Estuve nadando entre la oscuridad de un sueño silencioso y sin imágenes. Luego, desperté sobre una cama semidesnudo con una luz de día que  se asomaba por todos lados. No entendía todavía como me traslade de un lugar a otro. Cuando me di cuenta, escuche un bip bip bip que altero mi oído. Desperté en mi cuarto, era un sueño más. Desperté entre el silencio, entre el miedo. Y en mi celular, un mensaje sin importancia. 

[Perry O'Hara]

domingo, 20 de mayo de 2012

Este viernes...


Esa noche todos estaban festejando, todos estaban en su mundo bailando. Yo me encontraba por un momento ignorado, me encontraba observando a mi alrededor a los borrachos en su danza alegre y aventando garrafones llenos de porquería embriagante. Y ellas llegaron de la nada a donde yo estaba parado, parado como imbécil. Una de ellas se poso junto a mi y me pregunto: "¿Porque tan serio amigo, ya estas borracho?" yo le conteste que no. Volví a observar a mi alrededor y cuando me di cuenta, su culo ya estaba bailando frente a mi. Le agarre la cintura, ella tomo mi mano y la poso en su entrepierna mientras bailábamos al ritmo de la música. Ella bajaba y subía y volvía a bajar mientras me agarraba de la entrepierna. Yo solamente me deje llevar. De repente paro su danza sexual y me dijo: "me tengo que ir, lo siento, pero me tengo que ir" y le dije "no te vayas, quédate", pero insistió en irse. "Dame un beso aunque sea" le dije, y se lo robe. Se fue entre el mar de gente, le perdí la vista. Y nunca la volveré a ver, o quizás ella no se acuerde de lo que paso y ni siquiera recuerde mi rostro. Solamente fue un encuentro mas de los que no pasan a mayores cosas. El alcohol siguió fluyendo de partes desconocidas. Todo parecía decir que esto llegaba a su fin. Se comenzó a vaciar el sitio. Los borrachos desfilaban mientras buscaban donde terminar desmayados.  Fui a alcanzar a mi primo. Nos fuimos marchando, mientras el buscaba a alguien entre la multitud. La noche siguió de fiesta. La parranda parecía seguir llamando a todos los mortales a beber y a fumar. Nosotros terminamos sonsacados por ella y por otras dos damas de albur que nos encontraron en el camino. Y terminamos yéndonos a cada quien a casa mientras me quedaba con dos latas de cerveza de sobra.  

[Perry O'Hara]

jueves, 17 de mayo de 2012

Tras una pipa.


Sigo refugiado tras una pipa
que parece matarme más que protegerme.
Dime que podría hacer mañana,
es otro jodido día mas.
Sigo refugiado tras un vaso de cerveza
que embriaga mi alma.
Dime que podría hacer,
este bar es mi hogar.
Y sigo vagando,
vagando en mi cabeza.
Escucho aquellas pisadas bruscas
en mis oídos mientras sueño con desaparecer
y vivir entre hoy y el mañana.
Le pedí prestado mas tiempo al ayer,
pero no parece responder a mi solicitud,
no parece escuchar lo que digo,
como lo hacen los demás.
Sigo refugiado tras una pipa,
un humeante compañero
que sigue apagándose en mal momento.
Dime que podría hacer,
ayer arruine todo y no tiene arreglo.
Mañana vendrá el crudo reclamo de algo
que no suelo recordar,
de algo que creí no había pasado.
Mil gritos en la cabeza me despiertan
mientras la luz del sol cocina mis ideas.
Mil gritos vendrán a asustar mi alma,
a asustar el presente,
y el mañana dudara en hacerme el favor de venir por mi.
Dime que podría hacer,
es otro jodido día mas
que se encargara de esconderme entre una pipa
y un vaso de cerveza antes de poder gritar.

[Perry O'Hara]

domingo, 13 de mayo de 2012

La cucaracha enlatada.


En su refugio de latón sigue atrapada y ahogada entre líquidos extraños y pegajosos. Sus patas rozan con desesperación las paredes angostas por aplastamiento. Así ha sido gran parte de la noche, aun la escucho entre sueños. No sé realmente si esta complacida ahí adentro, pero lleva cuatro días refugiada o atrapada.

Otra noche alcohólica de cervezas tranquilas, historia que se repite cada semana. Eh llegado borracho a las 7 de la mañana y su desesperación me da la bienvenida. Y en mi cama me quedo pensando en mi mareo mientras ella sigue en su quizás interminable y agotable lucha por salir, o simplemente enfiestada por su nueva casa.

La luz del día entra por mi ventana y me pega justo en el rostro como un puñetazo lleno de una furia que altera los sentidos, entonces tomo una cobija y me tapo la cara con ella.  Me asalta una repentina preocupación por San Lunes que pronto vendrá a joderlo todo como siempre, pero por ahora será un crudo domingo el que me despierte sedientamente. Mientras tanto sigo acostado mareado por tanto pensar en aquello, pensar en lo decepcionante que puede ser la vida.

Comienzo a apreciar el olor a tabaco de mi camisa que se vuelve insoportable. ¿Por qué fumar y beber demasiado? no lo sé, los vicios nos convierten en dependientes de ellos mismos, como la cucaracha dependiente del liquido extraño y pegajoso. Por  un momento me sentí como ella, como una cucaracha enlatada, con una desesperación de salir de esta trampa que termina atrapándome a través de los mismos ciclos que se repiten y se repiten, una asquerosa rutina que aburre mi ser. Soy como aquella cucaracha, que se complace con lo que hay dentro de la lata. Y el mundo tan falaz que conozco es la simple lata aplastada dentro del bote de la basura, donde pertenecen los sueños de los justos.  

Y entonces todo comienza a ponerse gris. El cuarto se oscurece repentinamente y comienza a gotear el cielo. Se avecina una precipitación que cuyo ruido comienza a arrullarme en la cama y entonces es cuando me quedo dormido, cuando comienzo a soñar que soy la cucaracha en la lata.



[Perry O'Hara]