jueves, 18 de julio de 2013

A medio escribir...

Días de vacaciones. Se vuelven eternos por un instante, y cuando te das cuenta, ya se terminó todo. Esto ha sido como un miércoles eterno. Vives, te bañas, te vistes, comes, duermes y despiertas un día diferente, pero que parece miércoles. ¿Qué tiene de especial? no tengo ni idea. Solamente sigo aquí vagando sin encontrarle sentido a las cosas. 
Si el diablo puso dinosaurios aquí, eso no me preocupa. Si una turba enfurecidas de cristianos me linchan por cuestionarlos, pues que Dios los perdone. Aunque yo no los perdonaría. Simplemente hay personas que realmente deben creer que los hicieron en un día por un ser superior para encontrarle sentido a su vida. Eso es algo en lo que no estoy muy de acuerdo. Pero tampoco se puede hacer nada. Esto ha existido desde siempre y no se acaba de un día a otro.
Este ha sido un verano común. Las lluvias son tan impredecibles, que no sé si realmente sea buena idea salir de casa. De todas formas no encuentro una intención para hacerlo. 
Semanas de historias inconclusas, y sin embargo, aquí estoy desempolvando esto. ¿Será que se ha secado por completo mi secera? ¿Un bloqueo mental? Quizá necesito vivir más, para tener algo que contar. Sentarse a inventar un mundo no es fácil cuando no has vivido. La ficción suele colarse a la realidad y a veces, a la inversa. Son de esas cosas que a veces no se pueden controlar. Creo que divago demasiado y pienso mucho las cosas. Si esto parece no tener sentido, es porque estoy escribiendo por escribir y solamente recuerdo vaguedades dentro de mi conciencia. 
Sigo a medio escribir, y no sé como terminar las cosas. No se un carajo de nada. Comienzas con una palabra clave, y no sabes cual debería terminar con todo. Lo difícil es eso, terminar. Y no solamente terminar a secas, sino terminar bien. Crear una enredadera de nudos ciegos que parecieran bloquear los caminos, pero al final, disipando todo para bien o para mal. Claro, me refiero a la escritura, pero también se podría aplicar a la vida. Mientras tanto, sigo sentado en este escritorio pensando en la inmortalidad del cangrejo. Los tiempos están cambiando, lo ha dicho el viejo Bob Dylan. Somos individuos y víctimas que se van adaptando a las circunstancias.
Ella me pregunta: "¿Alguna vez te has enamorado?" y me dejo perder en una taza de café. "¿Quién realmente sabría decir lo que es estar enamorado?" contesto fríamente. Y nadie dijo más. 
Estoy a medio escribir, y no sé como terminar con todo esto. Acaba de terminar un Jueves, pero parece el comienzo de un nuevo Miércoles. 

[Alan P. O'Hara]