lunes, 15 de junio de 2015

¿Qué sentido tiene tener sentido?

Nadie atentaba contra mi sueño, pero seguía taciturno, atrapado en mis pensamientos tratando de matar el pasado. Veía atravesar la luz de la luna entre las cortinas mientras me preguntaba si realmente era suficiente lo que había dicho y hecho. 

Eran las 4:37 am y seguía dando vueltas en la cama esperando a caer en el olvido. El sonido del motor del ventilador pasó de ser aturdidor a arrullador y no sé que en que momento me desvanecí de la realidad para encontrarme dentro de algún paranoico sueño de los que nunca puedo despertar. 

Cuando volví en mi, la luz del día robaba mi juventud y mis cobijas se encontraban en el suelo. El primer pensamiento al reaccionar ante lo real fue: 

"¿Le encontraré sentido a este día?" 

La habitación estaba abrazada por la oscuridad. Afuera el sol cocinaba todo a su paso y tenía miedo de salir a destruirme y ser movido por una fuerte ola de calor hacía el abismo y perderme para siempre.  Caminé entre el desorden y dejé de buscarle sentido al día. Me había convencido de que hay momentos que no deberían tener sentido y otros que están para caminar sin rumbo hasta acabar agotado y llegar a un rincón acogedor y no salir de ahí en largo tiempo. Hay otros días en que simplemente debes de acabar toda la interminable contienda para darle sentido a tu existencia.

El día se hizo de noche y no me había dado cuenta. La lluvia cegó mis sentidos, el gato no completaba sus dieciocho horas de sueño  y sólo veía mi silueta frente a la ventana. Era el reflejo del sinsentido del espíritu. Era el reflejo de la apatía errante. 

La muerte tenía trabajo extra esa noche. No me encontraba en su lista aun. El crepúsculo se desvanecía tan rápido que no dejaba huella a su paso.  Había olvidado en que estación del año estaba viviendo. 

La noche estaba algo apagada y el silencio era muy perturbador. Las nubes que reflejaban la iluminación urbana, vigilaban mis movimientos celosamente mientras fumaba el último cigarrillo y pensaba cómo rayos un ser tan superior y poderoso que diseñó inteligentemente el universo podría interesarse en este rincón tan vano y olvidado. 

No sabía que decir en los momentos más oportunos, no sabía si la locura por la ansiedad de tan sólo estar vivo acababa de consumirme a tal grado de cuestionar hasta mi propia existencia. No sabía que tan indecorosa había sido mi propuesta de la pena de muerte a los suicidas. No sabía si creer nuevamente en la gente que se acerca demasiado para ver si encuentran la razón de mi forma bizarra de ver el mundo. No sabía como comportarme ante la s(u)ciedad, ni mucho menos como salir de ella. Simplemente no sabía como demonios encajar en nichos tan estrictos. 

Siempre me había preguntado qué es ser cuerdo y si yo lo estaba. La demencia senil climática de la ciudad había vuelto loca a la gente y sentí la necesidad de encerrarme en un psiquiátrico. Pero me siento demasiado cuerdo como para quedarme en un sólo lugar por el resto de mi vida. 

El río de aguas negras se había desbordado, el olor a mierda se intensificó tanto que hasta la gente más mierda no pudo soportar su olor corporal culpando así al río de sus propias penas. 

¿Ahora quién caminará sobre el agua y se sentirá tan casto y puro que hasta hará que su túnica blanca sienta vergüenza? Si tan sólo Dios me devolviera mi alma, si tan sólo el diablo no hubiera jugado al héroe. Si tan sólo encontrara la dirección incorrecta, satisfaría el sentido de mi existencia. 

Perry O'Hara
15 de Junio de 2014

viernes, 2 de mayo de 2014

Olor a Mayo

Está comenzando a enfriar y entre mi rodilla y tobillo me advierten que se avecina una tormenta y no precisamente climatológica.
No es un buen momento para salir de esta madriguera y querer perderse entre la niebla decembrina que cae justo cuando apenas estamos en Mayo. Son algunos de esos momentos raros en que nada  es lo que parece y lo que debería de ser nunca llega a darse.
Estamos condenados a ver como se adueñan de lo que es nuestro y luego lo venden. Señalaran a aquel hombre y dirán “él fue quien vendió al mundo” y sin ningún sentimiento de culpa eliminará poco a poco a todo quién le estorbe.
Encontrará embaucadores.
Tendrá esclavos que bailan por dinero.
Tendrá ovejas que se tiñen la lana de negro para dirigir al rebaño de idiotas inconformes a la ruina.
¡No hay futuro!
Las ideas van pereciendo.
Sus ejemplos han formado cobardes y conformistas.

-¡¿Alguien más quiere ser golpeado hasta la muerte?!

Pero nadie quiere levantarse de su asiento.

-¡Hey! ¡¿Tan rápido has perdido el sentido de tus principios?!
-Es que aprendí a vivir de rodillas, me enseñaron que no vale la pena desgastarse por gente imbécil- y luego se va en su automóvil nuevo mostrando el dedo medio.

Te das cuenta que cualquiera es corruptible.
Te das cuenta que cada vez la efervescencia tiene un efecto menos duradero y que el circo ambulante mantiene entretenidos a los menos favorecidos, mientras le roban sus billeteras a cambio de promesas y despensas.

Vete por la tangente y luego dales una patada en el culo para que se concentren en los juegos del mundial. Demuestren su patriotismo apoyando a la selección nacional y olvídense de lo que sucede en el congreso.
Olvídense de que todo esto fue la toma de la democracia por un gobierno autoritario.
Olvídense de los títeres en el poder   que buscan su rebanada de pastel y les da lo mismo si un país se va a la mierda.

¿Qué hay demasiados pobres?
No es nuestro interés erradicarlo, mejor que los vayan matando poco a poco, como a cualquier plaga.
¿Qué “la clase mierdera” cuestiona la autoridad?
Vamos a quitarles sus privilegios, que se vuelvan pobres en todos los sentidos y que los maten con la demás plaga.
La primavera fue un fraude.
Despertaron momentáneamente y luego, volvieron a dormir.
Cuando despierten nuevamente, será tarde, nada les pertenecerá y nuestros ancestros que lucharon por lo que gozamos actualmente se retorcerán en sus tumbas.

La temperatura ha bajado y mi tobillo y rodilla me lo advierten. Me quedaré hibernando en mi madriguera hasta que llegue la verdadera primavera.

02 de mayo de 2014


martes, 1 de abril de 2014

Con el estomago revuelto/ Vomitivo (I)

¿Cómo comenzar con esto cuando se pierden por un momento los principios? Dejé que todo fluyera y cuando me di cuenta, ya se estaba acabando el tiempo para entregar cuentas claras. He disimulado mi rutina. He permitido que la oscura habitación me obstruya la vista. Febrero y Marzo pasaron rápidamente sin lamentarse siquiera por lo que sucede al rededor. El invierno se va, la primavera parece ser aburrida y odiosa. El aire matinal le hace daño a mis pulmones y los rayos del sol queman mi piel. El whiskey sigue bajo candado por un rato más y la sed me parece muy frustrante.  

He estado caminando distancias largas mientras observo como la ciudad de las flores se desforesta lentamente. Renacen algunos arboles, otros siguen igual de deshojados. Algunas cosas cambian, y otras, simplemente no tienen remedio. 

Somos la plaga perfecta, somos gente rata que buscamos una salida rápida a nuestros problemas. Somos embaucados por idiotas que no conocemos. ¿En que momento todo decayó tan obscenamente y por qué lo seguimos legitimando y aprobando? Hemos robado demasiado y ahora estamos condenados a la desaparición. 

Si dios existiera o no, todo seguiría estando igual. No tenemos salida, nunca fuimos los hijos pródigos que la naturaleza quería. No pertenecemos a este putrefacto mundo. Hemos sido unos incrédulos con la inmortalidad de nuestra alma.  Simplemente morimos y no existe más. 

Estoy enmedio de la disputa, y eso es lo peor que pueda haber. ¿Cómo escapar de las inoportunas escenas de desprecio y odio? No se puede ser neutral por siempre. En algún momento de nuestras cortas vidas hay que dejar ir a ciertas personas y situaciones. Todo es un juego de ajedrez humano. -¡Jaque mate!- grita el cruel diablo. Parece que todo se derrumba, pero del otro lado de ese muro casi destruido, detrás del desastre creado por un grupo de incompetentes, después de que las nubes radiactivas despejen el área, hay un resto de esperanza que me permite adormitar tranquilamente. 

domingo, 5 de enero de 2014

La noche de un día fatídico.

No existe nada
solo el anhelo de soñar
verte a vos
y saber cómo hacer
para quedarme siempre allí
y nunca más volver
A.D.R.B. (en busca eterna)

Una sensación de escepticismo invade la noche. Nostálgicamente fumo mi pipa y recuerdo el grato y sencillo sabor  del pasado que con una rebosante -pero no demostrable- alegría, me hace añorar con ansias esos días. Pero el frío es insoportable, y se vuelve aún más pesado al notar las ausencias de los que se adelantaron. Entonces, pienso que el mundo funciona de formas raras. No existe edad para irnos de este plano existencial, ni tampoco sabemos en qué momento llegarán las personas que nos alegraran la vida por un rato.

¿Por qué te vas? ¡Regresa!, reclamo con cierto egoísmo. El miedo a la soledad no tiene límites. Algunas ausencias no las asimilo por completo. Pero de algún modo sé que a donde hayan ido –si es que existen otros lugares mejores que este- , siempre se mantendrán vivos en mis recuerdos. Nadie muere por completo realmente. Podemos ser inmortales.

Se apaga de nuevo la pipa. El cielo está estrellado y el frío se porta bravuconamente conmigo. Las fotografías hablan por sí solas a tan altas horas de la madrugada. La humedad ha borrado algunas caras conocidas. Desearía verlas una vez más frente a mí, pero son deseos incumplibles. Por un momento no logro reconocer a nadie, pienso que la vida hay que tratarla como una mentira continua y entonces, una pequeña voz me dice quiénes son. Tantos años vividos y algunos fueron perdidos. Camino de un lado a otro y enciendo de nuevo la pipa. Escucho el crujir del dulce tabaco quemándose y lo saboreo. Escucho que me hablan y entro al instante.

-¿Ya te avisaron?- dice ella.
-¿Avisarme qué?- le contesto distraído.
-Falleció, me acaban de avisar.

Fue un golpe inesperado. Brotan más recuerdos y de alguna forma sé que las cosas ya no serán iguales. Ellos siguen hablando del pasado en la cocina y yo espero por un momento de silencio. Todo parece indicar que va a ir para largo.

Me siento ligero, siento que el aire me arrastra de un lado a otro, veo al cielo y me pregunto dónde está la luna. Me pregunto si alguna vez nos pensarán tanto como nosotros a ellos. Estoy siendo arrastrado al vacío y ya no siento el piso. Las estrellas comienzan a caer del cielo. Un globo de cantoya cae a mis pies. Una comezón nerviosa baja por toda mi espalda y se siente como si me picaran con miles de agujas recién afiladas. Todo ha quedado en silencio. Ya no existo, no soy nada. Me veo a mi mismo fumando en la banqueta y digo: ¿qué quieres darme a entender? Nadie responde. Caigo bruscamente, vuelvo a existir. Una sensación de escepticismo sigue invadiendo la  noche. El tabaco se ha acabado, el frío sigue golpeándome. Una sensación de amargura invade mi paladar y mi lengua se ha paralizado.

[Alan P. O'Hara]

domingo, 6 de octubre de 2013

Vomito cerebral I /La tormenta infligida

Es tan difícil ser un ente imaginario en una ciudad tan real y estrepitosa, que hasta dudo de mi propia existencia. La tormenta está más cerca de lo que aparenta y ella me dice: "No tengas miedo, que aquí estoy ¡Yo que soy tu madre!"

Pero no le tengo miedo a los rayos ni al cielo gris que ladra sin morder.

Tampoco le tengo miedo a la muerte, ni  a la descomposición de mi cuerpo, al final de cuentas todos formamos parte de un ciclo infinito que se repite y resiste.

A lo que realmente le tengo miedo, le tengo tanto pavor y mi cabeza siempre rodea aquel pensamiento todos los días, no es más que a la propia vida.

"¡Oh, qué será de mí con todo este tempo que me falta por vivir, qué será cuando me traicionen las horas, los minutos, los segundos que demoran lo que quieren demorar!".

Y me veo obligado a vivir improvisadamente. Los planes a futuro suelen ser engañosos y decepcionantes, pero los planes perfectos no existen y hay que tenerlo en cuenta. Es una pérdida de vida planear demasiado y no llevar nada a cabo.

He escuchado decir que el que no busca nada, consigue lo mejor. Esto parece ser una invitación a nadar a la deriva y esperar que las cosas se acomoden a uno mismo. Pero el que no busca nada realmente encuentra lo mejor porque vive improvisadamente sin tener un objetivo claro por el cual no decepcionarse ni sufrir demasiado. Es simplemente existir por existir, sin tener que esperar nada de nadie. A eso vinimos a este mundo tan real, a existir sin la mínima idea de por qué. Y solemos perder nuestra vida y tiempo pensando y buscando la respuesta a esa eterna pregunta, y cuando creemos tenerla, termina siendo descartada por algo o alguien y nuevamente nos vemos a en la tarea de indagar y buscar hasta donde no podemos meternos.

"Dios es la respuesta ante todo", algunos pensarán. Ese ser omnipotente  que todo lo ve y lo escucha, el creador de todo el universo conocido, él fue quién nos hizo a su imagen y semejanza -para sentirnos especiales- y nos dio el libre albedrío para condenarnos por desobedecerlo. ¿Qué especie de ser divino hace eso?¿Acaso somos el experimento fallido de Dios? ¿Se sentía aburrido y decidió jugar con arcilla, darnos vida y arrojarnos a un mundo salvaje para ver lo que hacíamos? ¿Y todavía tiene el descaro de probar nuestra fe de formas tan crueles? Simplemente se trata de un ser arrogante y vengativo, como cualquier otro ser humano.

"Dios es la respuesta ante todo" seguirán diciendo algunos. Pero simplemente es una de tantas respuestas hacía el porque de nuestra existencia, una explicación sin un fundamento creíble, más que la cegadora fe. Pero hay personas que deben creer en algo más grande y poderoso que controla todo, para darle un razón a su vida, a su existencia, por que no resistirían la presión de saber que somos una partícula de nada flotando en un universo sin dueño. 

Es tan difícil ser un ente tan real en una ciudad tan imaginaria y muda. Es tan difícil estar rodeado de mis semejantes y a la vez perder el sentido de pertenencia y verme envuelto en una agridulce soledad ¿Acaso soy imaginario para ellos, o ellos son los que forman parte de mi imaginación?  ¿Soy una persona demente y enferma, y ellos los cuerdos, o viceversa?  Puede ser que la ciudad sea un manicomio gigante, un mal resultado de un experimento delicado, pero que importa, seguimos con nuestras rutinas.

Y al final, cada quién le da sentido a su forma de vida, pero ¿Qué espero de mi mismo? Algunas veces quiero esto, otras veces aquello y luego, quiero ambas y al final, no quiero nada. En pocas palabras, ni yo sé lo que quiero. 

Todo se silencia repentinamente.

La tormenta ha cesado y ella me dice: "No tengas miedo..."

[Alan P. O'Hara]

viernes, 27 de septiembre de 2013

El siete gris (o cuando se cae de rodillas)

Septiembre ya se va. El otoño ya llegó y eso me reconforta. La primera cortada al rasurarme me recuerda que al fin de cuentas yo también soy un simple mortal. Algunas veces he estado entre la espada y la pared y no sé como demonios he salido ileso de esos problemas. Algunos le achacan a la suerte, yo simplemente creo que no es mi turno aún para descender al inframundo. O tal vez he sabido como levantarme al tropezar. De todas formas, mi rodilla resiente alguna caída del pasado en estos momentos. Eso es algo cruel y mi caminar se ha vuelto de alguna forma más lento que antes.

Septiembre ya se va indignado. Por momentos he pensado en tirarme por la ventana al creer que quizá realmente me tocó nacer en el lugar equivocado. Quizá sea una etapa que superaré algún día. Por ahora me queda decir: "Sonríe, mañana será peor".Pero esto no se trata de un pesimismo absoluto, sino más bien de un optimismo frustrado. Todo es relativo y el cambio está ahí enfrente de nosotros esperando a ser tomado en cuenta, pero no lo vemos claramente y decidimos ignorarlo por el simple hecho de que una excusa con colores más llamativos nos distrae de lo que queremos hacer realmente. 

Muchas preguntas me han asaltado y repentinamente me invade un ataque de ansiedad que desequilibra mis sentidos. ¿Pero qué es lo que buscamos? -Me dice mi cabeza-  No lo sé -me respondo desesperadamente. Una nube de pensamiento revuelve todas mis ideas y acabo por no concluir nada. Por momentos todo termina siendo absurdo y no queda más remedio que seguir existiendo sin entender por qué. Y si desciendo poco a poco de las alturas, es por cuestionarme sobre por qué estoy precisamente ahí. Pero aquello es algo que no tiene solución alguna, al menos no aparentemente. 

El otoño ya llegó. Pero sus colores todavía no se ven tan claros y lo único que parece acercarseles son aquellos tonos marrones artificiales  que comienzan a abundar por la ciudad. Espero con ansias los días de viento para salir a deambular-con mi rodilla achacosa que apenas me deja andar- y ver caer las hojas secas al suelo, y ver como todo se ha ido desgastando. Espero por escuchar el crujir al caminar -con mi conciencia, y sin nadie más que me acompañe- por las aceras llenas de aquellas mismas hojas. Espero por ver los colores naturales de esta estación y no un vil engaño que anuncia su llegada. 

[Perry O'Hara]



viernes, 23 de agosto de 2013

La carrera de Agosto

Ya he llegado tarde a muchos lados, pero no es mi culpa realmente. La culpa es de las circunstancias, de aquellos que parecen no entender o captar directamente el mensaje. Y el clima, eso tampoco ayuda demasiado. La falta de un reloj, eso tampoco ayuda, porque las horas son engañosas.

Es agosto, mas allá de mediados, casi finales. Se ha pasado tan rápido todo esto, que no recuerdo bien haber vivido ciertos días. Pero es mejor así, no percatarse de que estás viviendo ayuda a mantener el animo en la nueva rutina. Algunas veces todo llega a parecer un Deja vù perpetuo, un error en el entorno que me dice "espera un momento, creo que ya has pasado por esto. Ésta vez no arruines las cosas, hazlas bien..." y al día siguiente, me olvido de lo que hice. 

No se supone que yo esté aquí en estos momentos escribiendo cosas que casi nadie lee. Debería de estar con brocha en mano insistiendo en que un par de paredes tomen un nuevo color. Pero prefiero hacer esto que lo otro. Prefiero desgastar mi cabeza que mi cuerpo. Ya mañana será otro día para hacerlo, total, la pared no se irá de su lugar.

El café sienta bien en estos momentos, y mejor acompañado con un cigarro, o con galletas. Ella me dice indignada: "¡No te comas mis galletas!" le contesto entrecortado: "Oye... olvídalo. Te iba a decir que no tienen tu nombre, pero recordé que se llaman María" y las dejé a un lado. Creo que esto no tiene nada de reflexión, pero sucedió realmente. Quizá podría agregar que no se puede confiar en una mujer con nombre de galleta. Me pregunto si será el mismo caso con las mujeres con nombres de piezas de pan. A veces la realidad suele ser tan banal que me dan ganas de perderme en mis pensamientos y olvidar por un momento lo que existe a mi alrededor.

Ah la existencia, eso me ha estado perturbando en éstos últimos días. Pero no hay una respuesta absoluta para este tipo de cosas. Entonces llegan y me preguntan: ¿Estás bien?  y me quedo en blanco, toda la revoltura de palabras en mi cabeza se va por una especie de desagüe y gran parte de ellas se pierden, y otras pocas llegan a ser recuperadas y plasmadas en alguna hoja sucia de papel. Entonces mis pensamientos también llegan tarde, justo cuando ya no son tan necesarios. Y lo único que contesto es: Si, estoy bien.

La carrera de agosto me ha estado cansando. Todo pasa tan rápido que no me percato de muchas cosas que luego me echan en cara. Ha pasado velozmente, y eso altera mi percepción del tiempo. Despierto temprano, tomo una siesta, me duermo tarde o solamente por periodos de tiempo. "¿Esta amaneciendo o anocheciendo?" y algunas veces me levanto despavorido creyendo que llegaré tarde a todo nuevamente.

[Alan P. O'Hara]